Se han vuelto frecuentes las imágenes de redadas a cargo de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) vestidos de civiles, encapuchados, en autos particulares -muchos de ellos negándose a identificarse y sin mostrar órdenes de aprehensión- en distintas ciudades de Estados Unidos. Irrumpen en restaurantes, tribunales, campos agrícolas y en cualquier otro sitio en el que se desenvuelve la vida cotidiana de millones de personas. Separan familias y cometen atrocidades. Su misión es cumplir con la meta impuesta por el gobierno de realizar 3 mil arrestos diarios, por lo que acosan a ciudadanos y extranjeros por motivos étnicos, basándose en estereotipos de raza. El ICE se está convirtiendo en un emblema del poder sin límites, recordando a las policías secretas que secuestraban, mataban o desaparecían con el aval de gobiernos criminales sin consecuencias.
Además, un efecto que era previsible de la narrativa de odio promovida por el gobierno estadounidense, es el surgimiento de grupos de odio, personas que ya eran xenófobas y hoy se sienten con el respaldo de su gobierno de serlo y actuar en consecuencia, incluso disfrazándose de agentes ICE para atacar migrantes.
La única defensa ha sido la resistencia de la ciudadanía y medios de comunicación que intervienen, graban y reportan los abusos cometidos en contra de colegas, amigos, familiares y otros migrantes víctimas de abusos.
En ese contexto, la protección de los mexicanos en el exterior debe asumirse como una prioridad de gobierno, mediante una actuación activa de los consulados como lo ha mencionado la presidenta Claudia Sheinbaum. En estos tiempos adversos su papel debe centrarse en la protección de los migrantes y en hacer frente al racismo y la xenofobia. Se debe fortalecer la cercanía con la comunidad por todas las vías, además de difundir información preventiva y consejos. Robustecer y potencializar alianzas con clínicas legales, organizaciones defensoras de los derechos civiles, abogados pro-bono y otras instancias que puedan brindar ayuda legal a migrantes vulnerables, más allá del Programa de Asesorías Legales Externas (PALE), que resulta insuficiente frente a los retos actuales.
También es fundamental establecer y fortalecer la relación directa con responsables del ICE que operan en sus jurisdicciones, autoridades de seguridad de los diversos órdenes de gobierno y funcionarios de la patrulla fronteriza en sus caso, para conocer en tiempo real los operativos y el destino de los detenidos. Además, mantener comunicación con funcionarios y congresistas locales para propuestas legales y acciones en beneficio de la población migrante; consolidar la relación con organizaciones de la sociedad civil en campo, con consulados de otros países de la región, así como forjar alianzas con sindicatos en los sectores donde trabajan los migrantes, con el fin de fortalecer su capacidad de acción y ampliar los canales a través de los cuales la información del consulado llega a los mexicanos.
Los consulados deben asumir un papel proactivo, concientizando a la comunidad mexicana sobre la importancia de evitar cualquier falta que pueda ser usada en su contra. Acciones como la capacitación en prevención de la violencia familiar, uno de los principales motivos de detención, son fundamentales.
Los desafíos actuales exigen generar nuevas capacidades y fortalecer o priorizar otras que hoy son indispensables en el personal consular, como el trabajo comunitario, la mediación, la resolución pacífica de conflictos y la construcción de redes locales, entre otros.
Con 53 consulados en EU, México cuenta con la red consular más extensa que un país tiene en otro territorio. No obstante, su funcionamiento varía según el perfil y la actuación de cada cónsul. Algunos, como el embajador Carlos González, Cónsul General en Los Ángeles, han desempeñado un papel destacado frente a la coyuntura actual. En contraste, hay representaciones donde se requiere una acción más firme y proactiva. Esto resulta especialmente relevante en un país donde el 11.3% de la población se identifica como de origen mexicano, incluidos 4.1 millones de personas en situación migratoria irregular. El papel de nuestros consulados es clave para la protección, orientación y defensa de los derechos de la comunidad mexicana.
@EuniceRendon